«Tú has considerado la separación como un medio de interrumpir la comunicación con tu Padre. El Espíritu Santo la reinterpreta como un medio de re-establecer lo que nunca se interrumpió, pero sí se había velado. Él puede valerse de todo lo que has fabricado para Su santísimo propósito. Él sabe que tú no estás separado de Dios, pero percibe muchas cosas en tu mente que te hacen pensar que lo estás. De eso, y sólo de eso, es de lo que Él desea apartarte. El te enseñará cómo usar en tu favor tu poder de decisión, que tú concebiste para substituir tu poder creador. Tú que concebiste el poder de decisión para crucificarte a ti mismo, tienes que aprender del Espíritu Santo cómo utilizarlo en beneficio de la santa causa de la restauración.»
Ucdm. Cap. 14, s. VI