La verdadera naturaleza del aprendizaje es su continuidad. Lo que hoy sé, mañana podrá tomar otra forma e incluso cambiar su significado. Hay una permanente expansión y desarrollo que afecta cualitativamente el entendimiento presente. Incluso aquello que parece una «verdad última» se resignifica ante mis ojos y cobra nuevas dimensiones, no por mérito de ella, sino por el mío.

Estoy continuamente encontrándome y descubriendo la verdad, pues está es infinita ante mis finitas posibilidades presentes. Entonces no puedo fijarme en lo que sé ahora y decir que eso es lo que es, sino tan solo reconocer que es lo que he entendido hasta ahora. Es más honesto decir, «éste es mi umbral, el margen de mi entendimiento», que decir, «está es la verdad o así es la verdad».

Lo que sabemos es incompleto, entonces, no podemos afirmar con seguridad que eso es lo que es, y que sea cierto. Solo participamos de un entendimiento parcial y funcional, pero no total y final. Esto es solo un reconocimiento que implica un hecho, estamos en camino y hay que seguir caminando, y lo caminado es ciertamente bueno.

Disfrutemos el viaje sin imponer nuestra parcialidad y limitado entendimiento, y compartamos con otros sus entendimientos y parcialidades para seguir expandiendo nuestro acercamiento a la verdad. Todos tenemos una parte del puzzle.