Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. Su sufrimiento ha terminado. Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. Gracias por el día de hoy, Padre mío. Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.
¡Regocíjate hoy! ¡Regocíjate! Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.
Comentario:
No dudes de la Verdad, no dudes de ti, no creas que el sueño es más fuerte que tu deseo de paz. Así como la obscuridad no puede imponerse a la luz, la ilusión no puede con la Verdad.
Sólo recibe.
Ábrete al abrazo del Amor que todo el universo te da hoy. ¿No sabes que ante lo sublime, lo infinito, lo que es todo y más, no puedes más que aceptar y agradecer?¿Podrías definir, entender, tomar tan sólo una parte, o cualquier otra acción que se acostumbra realizar ante las cosas? Ese es sencillamente un error, no puedes. Sólo recibe lo que se te da por Amor, un Amor infinito que está más allá de cualquier interpretación o entendimiento, pero no más allá de ti, no más allá de tu aceptación, ni lejos, ni arriba o abajo, ni afuera, ni condicionado.
Está aquí y ahora, sólo ábrete a recibir.