En la lección 339, en la oración 7, la pregunta es fundamental, pues muestra que un pedido siempre es concedido, y que si siento que no se me ha dado lo que pedí, es porque en el fondo he pedido otra cosa, porque eso es justamente lo que he recibido.
Por ejemplo, puedo pedir una relación de pareja sana, pero no la recibo, entonces mi pedido no es tal, porque de lo contrario la recibiría, lo que recibí es lo que pedí.
Ahora, ¿qué es lo que impide que la reciba? O mejor dicho, ¿qué es lo que estoy pidiendo para tener lo que tengo? Aquí se abre un tema esencial, no sólo para poder aceptar la Verdad de la enseñanza y la experiencia que propicia, sino para nuestra propia paz: «Las creencias ocultas». Esas ideas que, soterradas, aún guardamos en nuestra mente, aunque muy en lo obscuro, pero que tienen calidad de veraz, es decir, aún creemos en ellas, a pesar de todo. Pensemos en el dinero, no hay quién no lo pida, mas, ¿cuántos tienen una percepción limpia acerca del dinero? ¿Pedirías algo sucio y malo o sólo fingirias que lo necesitas cuando en el fondo crees que no lo necesitas, precisamente porque es malo y causa dolor?
Cuando estemos pidiendo algo, hagamos un ejercicio simple, comencemos una lista en base a estas preguntas: ¿qué significado tiene para mí lo que estoy pidiendo? ¿Con qué propósito querría eso? Y allí, comenzarás un viaje muy interesante. Al final, cuando ya hayas repasado todos las creencias asociadas, «buenas o malas», entrega todo a la luz y preguntale al Espíritu, si es eso lo que verdaderamente necesitas. Si bien esta es la primer pregunta, para poder hacerla de manera sincera, antes tienes que ver claramente lo que crees que necesitas y pides. No puedes aceptar lo que se te ofrece libremente, si antes no liberas-despejas tu mente, y haces un lugar para lo nuevo.
Si se te da todo lo que pides, y esto es así, tienes que aprender a pedir. Y no puedes aprender del ego, porque ya hemos visto que el ego no puede enseñar nada. Sólo la guía que te ofrece el Espíritu Santo puede colmar tu búsqueda. Y no lo hará con estratagemas, ni pruebas o luchas, sino que mediante su amorosa visión, reconoce la luz en ti y ofrece lo que es digno de ella, allí donde puedes escuchar. Dirígete pues, sólo a quién te reconoce como eres, y aprenderás a pedir.
Comentario a la lección 339.
Padre, Te ofrezco este día. Es un día en el que no haré nada por mi cuenta, sino que tan sólo oiré Tu Voz en todo lo que haga. Y así, Te pediré únicamente lo que Tú me ofreces y aceptaré únicamente los Pensamientos que Tú compartes conmigo.
Oración de la Lección 339.