He aquí un pensamiento del que se ha eliminado toda traza de arrogancia y en el que sólo queda la verdad. Pues la arrogancia se opone a la verdad. Mas cuando la arrogancia desaparece, la verdad viene inmediatamente y llena el espacio que, al irse el ego, quedó libre de mentiras. Únicamente el ego puede estar limitado y, por consiguiente, no puede sino perseguir fines limitados y restrictivos. El ego piensa que lo que uno gana, la totalidad lo pierde. La Voluntad de Dios, sin embargo, es que yo aprenda que lo que uno gana se le concede a todos.
Padre, Tu Voluntad es total. Y la meta que emana de ella comparte su totalidad. ¿Qué otro objetivo podrías haberme encomendado sino la salvación del mundo?¿Y qué otra cosa sino eso podría ser la Voluntad que mi Ser ha compartido Contigo?
Comentario:
Finalmente llega el momento en el que la decisión es tomada. El ego queda a un lado, y acepto al Ser como mi Identidad. Deshacer las ilusiones que una vez forjé, devolverán al mundo su esplendor, retornando a la gracia de Dios.
Padre, en tus manos he de estar hoy, pues reconozco que sin ti, no hay completud, y no sé qué camino seguir. La paz es tu regalo, y lo recibo de ti, para darlo. Es allí donde me encuentro con mi función, mis hermanos y el lugar desde el cual retorno junto a ellos.