Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está aprisionado al igual que yo. Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que percibo son reales e ineludibles. Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni a mi Padre ni a mi Ser. Y significa asi- mismo que no formo parte de la realidad en absoluto pues la verdad es libre, y lo que está aprisionado no forma parte de la verdad.
Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamientos descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente un sueño de miedo. Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es seguro.
Comentario:
Que tenga el valor y la humildad de aceptar que ninguno de mis juicios, están sucediendo ahora. Son simplemente una interpretación sin valor, el pasado queriendo ser presente, un sueño fútil. A no ser que comparta el juicio del Espíritu Santo con respecto al Hijo de Dios, nada sobre ellos es verdad. Puedo estar seguro que cambiando de mentalidad mediante el perdón, todo lo que creía, se desvanece sin efectos.
Soy libre. Aún así, puedo usar mi libertad para aprisionarme. Sin embargo, es sólo una decisión errónea sobre lo que soy y lo que Dios quiere para mí. Una decisión que puede cambiar sólo con pedir lo correcto. No tengo que hacer nada más, pues la luz y la verdad ya se me han otorgado.