Escuchemos hoy a la Voz que habla por Dios, la cual nos habla de una lección ancestral que es tan cierta hoy como siempre lo fue. Sin embargo, este día ha sido seleccionado como aquel en el que hemos de buscar y oír, aprender y entender. Escuchemos juntos, pues lo que nos dice la Voz que habla por Dios no lo podemos entender por nuestra cuenta, ni aprenderlo estando separados. En esto reside la protección de todas las cosas. Y en esto se encuentra la curación que brinda la Voz que habla por Dios.

Tu sanadora Voz protege hoy todas las cosas, por lo tanto, dejo todo en Tus Manos. No tengo que estar ansioso por nada. Pues Tu Voz me indicará lo que tengo que hacer y adónde debo ir, con quién debo hablar y qué debo decirle, qué pensamientos debo albergar y qué palabras transmitirle al mundo. La seguridad que ofrezco me es dada a mí. Padre, Tu Voz protege todas las cosas a través de mí.

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Comentario:

La certeza de Su compañía, es la paz en sí misma. ¿Qué podría temer si Él está a mi lado? ¿Y qué situación no se vuelve una bendición, un regalo y un puente a mi Ser, si cuento con Su guía?

En silencio y calmada escucha, bajo el embate de la ansiedad o el miedo, en todo momento Su Voz está ahí para guiarme. ¿No debería acaso, tomar un instante de mi tiempo para invocarla en mi mente? Así doy el primer paso hacia la paz, el único que necesito dar, pues todos los demás, es Él quien los da a través de mí.

Una vez que pido Su guía, ésta no dejará de derramar su luz sobre mí y todos mis hermanos. Que no interfiera negando mi propia solicitud. Quiero aceptar el milagro de Su Amor, y hacia allí dirijo mi corazón. Amén.