No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
(200) No hay más paz que la paz de Dios.
Que no me desvíe del camino de la paz, pues ando perdido por cualquier otro sendero que no sea ése. Mas déjame seguir a Aquel que me conduce a mi hogar, y la paz será tan segura como el Amor de Dios.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
Comentario:
Hay un sólo guía a la paz y es el Espíritu Santo. Éste puede hablarnos a través de innumerables canales y formas, mas sólo habla en favor del recuerdo de Dios y su presencia. Tiene un propósito unificado y por ello su guía es fácil de reconocer, allí dónde la paz reina y el amor se encuentra libre, es que se le ha escuchado, pues Él siempre habla en favor de la fortaleza del Hijo de Dios, de su plenitud y de su unicidad.
No hay guía que Él no pueda ofrecer, como no hay pregunta que no pueda contestar, sin embargo, a pesar de las apariencias, su respuesta seguirá siendo una y la misma, pues reconoce que hay una sola necesidad en éste mundo. Deja que su luz te acompañe dulcemente, iluminando tus pasos y despejando todo rastro de duda y conflicto, pues en Él no hay cabida a la dualidad. Sólo hablará en favor de la Paz de Dios, la cual es la única que Él conoce y por tanto, a la que te conducirá.