No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
(198) Sólo mi propia condenación me hace daño.
Mi condenación nubla mi visión, y a través de mis ojos ciegos no puedo ver la visión de mi gloria. Mas hoy puedo contemplar esta gloria y regocijarme.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
Comentario:
Deja de juzgar y se libre. Todo ataque contra la inocencia es una forma de limitar al Hijo de Dios, alegando que es lo que no es. Eres libre de elegir los conceptos con los cuales decides evaluarte a ti mismo. Elige el maestro equivocado y te condenarás a las ilusiones de ti mismo. Elige el correcto y una visión pacificadora y unificadora aligerará la carga de tus días, volviendo tu estancia liviana y llevadera.
Ante ti siempre se encuentran estas dos opciones en las cuales eliges expresar amor o miedo. Sin importar que haya delante, tu puedes elegir internamente que es lo que deseas compartir. Una vez tomada la decisión, verás representado aquello que decidiste, pues esa fue tu voluntad. Elige junto a tu Guía a la Paz, y el amor estará presente en todo lo que hagas.