No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
(194) Pongo el futuro en Manos de Dios.
El pasado ya pasó y el futuro aún no ha llegado. Ahora estoy libre de ambos. Pues lo que Dios da sólo puede ser para el bien. Y acepto únicamente lo que Él da como lo que me pertenece.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
Comentario:
¿Qué podría preocupar tu mente sino las extrañas ideas del ego? ¿Es acaso la escacez, la limitación y la pérdida, la Voluntad de Dios? ¿Por qué deberías estar preocupado entonces, sino fuera porque parece que estás bajo el reinado del ego?
Eso no es posible a menos que así lo elijas, pues el ego es escuchado por aquellos que lo eligen como maestro. No tiene poder alguno sobre aquellos que eligen escuchar la voz que habla por Dios, la cual no sabe nada de culpa, ataque y miedo. Sólo reconoce la Voluntad de Dios, y la pone en marcha para aquellos que deciden que esa es su voluntad.
Deja la culpa atrás, los juicios y las preocupaciones, deja todas las artimañas con las que el ego quiere afirmar su existencia y restringir la de Dios. Mientras su enseñanza ocupe tu mente, no podrás dar lugar a la gloria y a la dicha que Dios depara para ti. Abandona la culpa, abandona el ataque, abandona la soledad, y toma la mano de tu Maestro, el te recordará que lo que es un sueño, no puede hacerte daño, no puede aprisionarte y no es real.