No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
(183) Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.
El Nombre de Dios es mi liberación de todo pensamiento de maldad y de pecado porque es mi nombre, así como el de Él.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
Comentario:
Piensa en Él y deja que Su Nombre evoque en ti el recuerdo del Amor y la Santidad. Si puedes vislumbrar apenas un poco del Amor con el que Él crea, podrás aceptar tu inocencia, pues has sido creado puro en Su Amor.
Y lo que Él hace, no cambia, ya que no se encuentra sujeto a variables de ninguna clase. Su Voluntad es Plena y Total y tan llena de amor que no requiere corrección jamás. Lo que ha dispuesto sigue siendo tal como siempre fue. Tú eres Santo, porque ésa es Su Voluntad.