No podrás ser libre mientras te percibas a ti mismo como un cuerpo. El cuerpo es un límite. El que busca su libertad en un cuerpo la busca donde ésta no se puede hallar. La mente puede ser liberada cuando deja de verse a sí misma como que está dentro de un cuerpo, firmemente atada a él y amparada por su presencia. Si esto fuese cierto, la mente sería en verdad vulnerable.
La mente que está al servicio del Espíritu Santo es ilimitada para siempre y desde cualquier punto de vista, transciende las leyes del tiempo y del espacio; está libre de ideas preconcebidas y dispone de la fortaleza y del poder necesarios para hacer cualquier cosa que se le pida. Los pensamientos de ataque no pueden entrar en una mente así, toda vez que ha sido entregada a la Fuente del amor, y el miedo no puede infiltrarse en una mente que se ha unido al amor. Dicha mente descansa en Dios. ¿Y quién que viva en la Inocencia sin hacer otra cosa que amar podría tener miedo?
Es esencial para tu progreso en este curso que aceptes la idea de hoy y que la tengas en gran estima. No te preocupes si al ego le parece completamente descabellada. El ego tiene en gran estima al cuerpo porque mora en él, y no puede sino vivir unido al hogar que ha construido. Es una de las partes de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio.
Ahí se esconde y ahí se le puede ver como lo que es. Declara tu inocencia y te liberas. El cuerpo desaparece al no tener tú ninguna necesidad de él, excepto la que el Espíritu Santo ve en él. A tal fin, el cuerpo se percibirá como una forma útil para lo que la mente tiene que hacer. De este modo se convierte en un vehículo de ayuda para que el perdón se extienda hasta la meta todo-abarcadora que debe alcanzar, de acuerdo con el plan de Dios.
Ten en gran estima la idea de hoy, y ponla en práctica hoy y cada día. Haz que pase a formar parte de cada sesión de práctica que lleves a cabo. No hay pensamiento cuyo poder de ayudar no aumente con esta idea, ni ninguno que de esta manera no adquiera regalos adicionales para ti. Con esta idea hacemos resonar la llamada a la liberación por todo el mundo. ¿Y estarías acaso tú excluido de los regalos que haces?
El Espíritu Santo es el hogar de las mentes que buscan la libertad. En Él han encontrado lo que buscaban. El propósito del cuerpo deja de ser ahora ambiguo. Y su capacidad de servir un objetivo indiviso se vuelve perfecta. Y en respuesta libre de conflicto e inequívoca a la mente que sólo tiene como objetivo el pensamiento de libertad, el cuerpo sirve su propósito y lo sirve perfectamente. Al no poder esclavizar, se vuelve un digno servidor de la libertad que la mente que mora en el Espíritu Santo persigue.
Sé libre hoy. Y da el regalo de libertad a todos aquellos que creen estar esclavizados en el interior de un cuerpo. Sé libre, de modo que el Espíritu Santo se pueda valer de tu liberación de la esclavitud y poner en libertad a los muchos que se perciben a sí mismos encadenados, indefensos y atemorizados. Permite que el amor reemplace sus miedos a través de ti. Acepta la salvación ahora, y entrégale tu mente a Aquel que te exhorta a que le hagas este regalo. Pues Él quiere darte perfecta libertad, perfecta dicha, así como una esperanza que alcanza su plena realización en Dios.
Tú eres el Hijo de Dios. Vives en la inmortalidad para siempre. ¿No te gustaría retornar tu mente a esto? Practica entonces debidamente el pensamiento que el Espíritu Santo te da para el día de hoy. En él tus hermanos y tú os alzáis liberados; el mundo es bendecido junto contigo; el Hijo de Dios no volverá a llorar y el Cielo te da las gracias por el aumento de gozo que tu práctica le proporciona incluso a él. Dios Mismo extiende Su amor y felicidad cada vez que dices:
No soy un cuerpo. Soy libre. Oigo la Voz que Dios me ha dado, y es sólo esa Voz la que mi mente obedece.
Comentario:
Das a las percepciones el poder de realidad, y por ende, te confundes y ya no sabes qué es la Realidad y qué no. Las percepciones son parte del sueño, y por ende, le muestran al soñador lo que está soñando. Pero no crean el sueño, pues el sueño proviene de una decisión que sólo la mente es capaz de tomar.
Lo único Real es tu relación con Dios y Su Amor, el cual está incluso aquí, aunque velado por el sueño. Pues el sueño es uno de separación y ocultamiento de la Verdad. Tras una fabricación de lo que se desea que la realidad sea, pareciese que se podría sustituir a la Verdad con otra que al ego le parece más conveniente. Sin embargo, el intento del ego, es tan descabellado, que la distorsión se filtra por todas partes y tú que te has dejado engañar por esta sustitución, desconfías de que algo así pueda ser la realidad.
Es en ese instante donde puedes acudir a otra voz, pues el engaño comienza a develarse, y lo más sensato es que no vuelvas a acudir a la misma voz que te ha sumergido en la extraña idea de que las percepciones pueden ser tu realidad, y el mundo limitado a que dan lugar sea tu hogar. Las percepciones responden a las creencias que la mente sostiene como verdaderas, y simplemente las ve reflejadas fuera, porque cree estar separada de todo. Sin embargo, sólo es parte del escenario montado por el ego en el sueño de separación.
Pero puedes escuchar otra voz, una que te hable de paz, de quietud y sosiego, donde las percepciones se ordenan amorosamente en función de un sólo propósito, brindando paz a todos, y dándote a ti, el tiempo necesario para que desprendas tu mirada fija en lo pasajero y cambiante hacia lo inmutable. Esa Voz, está en ti, y puede guiarte en todo momento, si te permites por un instante dudar de la locura y la maldad, aceptando la alternativa que te ofrece el Amor. Éste reinterpretará todo bajo su luz, liberándote así de las cadenas del miedo y la culpa, brindándote un camino nuevo, donde el ataque y el juicio no estarán justificados, sólo la Verdad lo estará.