Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
(167) Sólo hay una vida, y ésa es la vida que comparto con Dios.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
(168) Tu gracia me es dada. La reclamo ahora.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Comentario:
Cristo llega a través de cada hermano. Cristo está en tu mente y en cada mente, volviéndolas Una nuevamente. Hasta que éste reconocimiento pase desapercibido, la expiación será necesaria y tendrá lugar. Por medio de ella, se removerán los obstáculos para tal visión.
Los juicios que el ego emite son el único impedimento para lo ilimitado, ya que por medio de ellos, el ego fragmenta, rompe y limita la totalidad a partes separadas, sin sentido, pues todo sentido radica en la Unidad.
No encontrarás paz por medio del ego y sus razonamientos, pues todo lo que él hace tiene base en el miedo, y no piensa en deshacerlo, sino en atacarlo y por ende, fomentarlo.
Trata ahora de aceptar una guía que no ataca, no menosprecia ni divide, elimina toda culpa y desvanece los terribles enemigos que pensabas estaban ahí. Pues te dirige directamente a la fuente del miedo, la cual es interna, y es un ataque contra el Hijo de Dios, que busca justificar la privación y hacer real la separación.
Deja que éste guía lleve su luz e ilumine con el amor este tenebroso deseo, reconociendo el pedido de ayuda que tú mismo realizaste al aprisionarte, pues éste Guía lo escuchó y sólo quiere responder con liberación. Lo único que se necesita es recordar el amor, allí donde fue desplazado por el miedo.
Amar en vez de juzgar, perdonar en vez de fragmentar.