(103) Dios, al ser Amor, es también felicidad.
Quiero recordar que el amor es felicidad y que nada más me puede hacer feliz. Elijo, por lo tanto, no abrigar ningún substituto para el amor.
(104) Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.
El amor, al igual que la dicha, constituyen mi patrimonio.
Éstos son los regalos que mi Padre me dio.
Aceptaré todo lo que en verdad me pertenece.
A la hora en punto:
Dios, al ser Amor, es también felicidad.
Media hora más tarde:
Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.
Comentario:
La idea del Amor aún se encuentra infravalorada. Aún no se asocia con fortaleza, poder, paz, felicidad y con la presencia de Dios. Se cree falsamemte que amar es entregar una parte de sí, sin esperanza real de retorno, un dar que puede no ser recíproco, ni siquiera bien correspondido o usado en tú contra. ¿Cómo podrías amar sin miedo albergando todo este tipo de ideas conflictivas acerca del amor?
Si no puedes amar verdaderamente, es decir, amar sin miedo, no podrás ser feliz, porque tu felicidad está estrechamente vinculada al Amor tal como Dios lo concibe, no como tú lo fábricas. Quieres cubrir necesidades, carencias afectivas, «completarte» a través del amor de alguien. Tienes una visión utilitaria del amor.
No puedes ver que el Amor es extensión, y emana desde ti hacia ti, desde tu Ser al Ser de los demás, reconociendo en ese mismo instante que son el mismo Ser.
Tienes miedo del Amor porque no has reconocido su Fuente en ti, y lo has buscado fuera, en toda clase de objetos y relaciones y has fracasado, porque sólo encontraste una idea endeble, defectuosa y conflictiva del amor. No busques más fuera de ti, lo que se encuentra intacto, imperecedero y nuevo, sin mancha, desde los inicios y hasta el final del tiempo, dentro de ti, para ser extendido y compartido.
Dios no es un extraño, no está afuera ni lejos de tu Ser, su Amor tampoco. Hoy camina hacia tu más profundo Ser, el cual irradia y vive en el Amor, siendo imposible diferenciar uno de otro. Amén.