Si hablo las lengua de los hombres y las de los ángeles y no tengo caridad, me convierto en bronce que resuena y campana que toca.
(1 Corintios 13:1). Esto quiere decir: si
reduces la forma de tu expresión de la pasión, el verdadero oro de la felicidad y alegría que es Dios, se convertirá en el bronce de la estrechez, de la temible idolatría de la pasión de tu expresión de ti mismo. Todas las definiciones de ti mismo son limitaciones de la pasión de tu habilidad creativa, sin excepción. Siempre las reduces a golpes de campanas. Las escuchas como vidrio que se quiebra y como cosas que se van con él. ¿Por qué? Porque has restringido la realidad de tu mente creativa.Master Teacher