La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de desvanecer la creencia de que tus pensamientos no tienen ningún efecto. Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos. En esto no hay excepciones. Los pensamientos no son ni grandes ni pequeños, ni poderosos ni débiles. Son simplemente verdaderos o falsos. Aquellos que son verdaderos crean a su semejanza. Aquellos que son falsos fabrican a la suya.
No hay concepto más auto-contradictorio que el de «pensamientos fútiles». Difícilmente se puede calificar de fútil a lo que da origen a la percepción de todo un mundo. Cada pensamiento que tienes contribuye a la verdad o a la ilusión: o bien extiende la verdad o bien multiplica las ilusiones. Ciertamente puedes multiplicar lo que no es nada, pero no por ello lo estarás extendiendo.
Además de reconocer que los pensamientos no son nunca fútiles, la salvación requiere que también reconozcas que cada pensamiento que tienes acarrea paz o guerra, amor o miedo. Un resultado neutral es imposible porque es imposible que haya pensamientos neutros. Hay tal tentación de descartar los pensamientos atemorizantes por considerárseles irrelevantes, triviales e inmerecedores de que uno se ocupe de ellos, que es esencial que los reconozcas a todos como igualmente destructivos, aunque también como igualmente irreales. Practicaremos con esta idea de muchas formas antes de que realmente la llegues a entender.
Al aplicar la idea de hoy, escudriña tu mente con los ojos cerrados durante un minuto más o menos, esforzándote al máximo por no pasar por alto ningún pensamiento «insignificante» que tienda a eludir tu búsqueda. Esto te resultará bastante difícil hasta que te acostumbres a ello. Descubrirás que todavía te resulta difícil no hacer distinciones artificiales. Cualquier pensamiento que se te ocurra, independientemente de las cualidades que le asignes, es un sujeto adecuado para aplicarle la idea de hoy.
Durante las sesiones de práctica, repite primero la idea para tus adentros, y luego, a medida que cada pensamiento cruce tu mente, manténlo en tu conciencia mientras te dices a ti mismo:
Este pensamiento acerca de ___ no es un pensamiento neutro.
Ese pensamiento acerca de ___ no es un pensamiento neutro.
Como de costumbre, usa la idea de hoy cada vez que notes algún pensamiento en particular que te produzca desasosiego. Sugerimos a este fin la siguiente variación de la idea:
Este pensamiento acerca de ___ no es un pensamiento neutro porque no tengo pensamientos neutros.
Se recomiendan cuatro o cinco sesiones de práctica en caso de que te resulten relativamente fáciles. De experimentar tensión, tres serán suficientes. La duración del ejercicio debe reducirse asimismo si experimentas cualquier sensación de incomodidad.
Comentario:
Con la idea de hoy, se fija una base muy clara y firme en la cual poder cotejar tus propios pensamientos. No importa de qué se trate, sino tan sólo si son un reflejo de la verdad o uno de ilusión. Todo lo demás son aspectos sin mayor importancia.
Los pensamientos más allá de su forma, la cual varía incesantemente, conducen hacia la paz, la unión, o el conflicto y la separación. Esto es lo único realmente importante a observar en ellos. El resto de los atributos son secundarios, complementarios y en todo caso, sólo contribuyen en una dirección u otra, Paz o conflicto, Amor o miedo.
Cada uno de ellos emerge como una opción dentro de un marco más general, al cual se le puede llamar sistema de pensamiento, de los cuales tan sólo hay dos, uno que fomenta la paz y la unión, el cual proviene de la Voz que habla por Dios, Espíritu Santo, y el otro que fomenta el conflicto y la separación, el cual proviene de la voz que se percibe así misma como separada de Dios, ego. Ambos están en tu mente, y ambos dependen de que elijas escucharlos.