No reconoces que los pensamientos que piensas que piensas no son nada debido a que aparecen como imágenes. Piensas que los piensas, y por eso piensas que los ves. Así es como se forjó tu «manera de ver». Ésta es la función que le has atribuido a los ojos del cuerpo. Eso no es ver. Eso es fabricar imágenes, lo cual ocupa el lugar de la visión, y la reemplaza con ilusiones.
Esta idea introductoria al proceso de fabricar imágenes que tú llamas ver, seguramente no tendrá mucho significado para ti al principio. Comenzarás a entenderla cuando hayas visto pequeños bordes de luz alrededor de los mismos objetos que ahora te resultan familiares. Ése es el comienzo de la verdadera visión. Puedes estar seguro de que ésta no tardará en llegar una vez que eso haya ocurrido.
A medida que avancemos, tal vez experimentes muchos «episodios de luz». Estos pueden manifestarse de muchas maneras distintas, algunas de ellas bastante inesperadas. No tengas miedo de ellos. Son la señal de que por fin estás abriendo los ojos. No seguirán ocurriendo, pues simbolizan meramente la percepción verdadera y no guardan relación alguna con el conocimiento. Estos ejercicios no han de revelarte el conocimiento, pero allanarán el camino que conduce a él.
Al practicar con la idea de hoy, repítela primero para tus adentros, y luego aplícala a cualquier cosa que veas a tu alrededor, usando el nombre del objeto en cuestión y dejando descansar tu mirada sobre él mientras dices:
Esta (e) ___ es una imagen que yo mismo he fabricado.
Ese(a) ___ es una imagen que yo mismo he fabricado.
No es necesario incluir un gran número de objetos específicos al aplicar la idea de hoy. Pero sí es necesario que continúes mirando cada objeto mientras repites la idea para tus adentros. La idea debe repetirse muy lentamente en cada caso.
Si bien es obvio que no podrás aplicar la idea a un gran número de objetos durante el minuto más o menos de práctica que se recomienda, trata de seleccionarlos tan al azar como sea posible. Si te empiezas a sentir incómodo, menos de un minuto será suficiente. No lleves a cabo más de tres sesiones de práctica con la idea de hoy a no ser que te sientas completamente a gusto con ella, pero no hagas más de cuatro. Puedes, no obstante, aplicar la idea durante el transcurso del día según lo dicte la necesidad.
Comentario:
La mente egoica es una substitución de la Mente de Dios en el Hijo. Como tal, fabrica sus propios «pensamientos» en substitución de los suyos. ¿Pero qué puede hacer una ilusión sino fabricar ilusiones?
La conciencia de Dios en tu mente, dará lugar a tus pensamientos reales, no obstante, la conciencia del ego en tu mente, los obstaculiza.
Las imágenes que se han fabricado son parte del sueño de separación, y lo justifican. La Realidad no está desprovista de Amor y su Unicidad garantiza su perfecta armonía y continuidad. La plenitud que deriva de ella, jamás podrá substituirse con pequeños premios que el mundo ofrece cuando parece solventar alguna carencia. La Realidad no repara en ti la sensación de carencia, sino que restituye el conocimiento de que nunca hubo ni habrá nada excepto Dios y sus Creaciones.