Esta idea es, obviamente, la razón de que veas únicamente el pasado. En realidad nadie ve nada. Lo único que ve son sus propios pensamientos proyectados afuera. El hecho de que la mente esté absorbida con el pasado es la causa del concepto erróneo acerca del tiempo de que adolece tu visión. Tu mente no puede captar el presente, que es el único tiempo que hay. Por consiguiente, no puede entender el tiempo, y, de hecho, no puede entender nada.
El único pensamiento completamente verdadero que se puede tener acerca del pasado es que no está aquí. Pensar acerca del pasado, por lo tanto, es pensar en ilusiones. Muy pocos se han dado cuenta de lo que realmente supone visualizar el pasado o prever el futuro. De hecho, la mente está en blanco al hacer eso, ya que en realidad no está pensando en nada.
El propósito de los ejercicios de hoy es comenzar a entrenar a tu mente a reconocer cuándo no está realmente pensando en absoluto. Mientras tu mente siga absorbida con ideas sin contenido, la verdad permanecerá bloqueada. Reconocer que tu mente ha estado simplemente en blanco, en vez de seguir creyendo que está llena de ideas reales, es el primer paso en el proceso de allanar el camino a la visión.
Los ejercicios de hoy deben hacerse con los ojos cerrados. Esto se debe a que en realidad no puedes ver nada, y es más fácil reconocer que por muy vívidamente que puedas visualizar un pensamiento, no estás viendo nada. Con el mayor desapego que puedas, escudriña tu mente durante el habitual minuto más o menos tomando simplemente nota de los pensamientos que allí encuentres. Identifica cada uno por la figura central o el tema de que se trate, y luego pasa al siguiente. Da inicio a la sesión de práctica diciendo:
Parece que estoy pensando en ___.
Luego describe detalladamente cada uno de tus pensamientos. Por ejemplo:
Parece que estoy pensando en [nombre de la persona], en [nombre del objeto], en [nombre de la emoción],
y así sucesivamente, concluyendo al final del período de búsqueda mental con:
Pero mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.
Esto puede hacerse cuatro o cinco veces en el transcurso del día, a menos que te resulte irritante. Si te resulta difícil, tres o cuatro veces será suficiente. No obstante, tal vez te ayude incluir la irritación, o cualquier emoción que la idea de hoy pueda suscitar, en la búsqueda mental en sí.
Comentario:
Tu mente requiere una purificación previa antes de lograr nada. Las ilusiones son obstáculos para todo, es decir, impiden la paz, pero no sólo eso, sino todo lo que te brinda el amor verdadero, las relaciones reales con tus hermanos e incluso tu comunicación con Dios. No tienen el poder de hacer nada, pero mientras te centres en ellas, tú no tendrás el poder de hacer nada.
La Mente de Dios es compartida, sin embargo, quien se rehuse a aceptarla, tenderá a forjar otra «mente» que la sustituya, y de allí todos los pensamientos sin Dios. Esto en sí, no es más que un sueño, pues ¿quién elegiría estar sin Dios? Despertar de ese sueño no obstante, es la tarea de cada uno de los ejercicios propuestos.
Una mente centrada en el pasado, se encuentra aprisionada por sí misma. Liberarse de este desplazamiento hacia la nada, le es ofrecido sin más, porque la luz sigue morando en ella.