Aplica esta idea de la misma manera que las anteriores, sin hacer distinciones de ninguna clase. Cualquier cosa que veas se convierte en el objeto adecuado para la aplicación de la idea. Asegúrate de no cuestionar si algo es adecuado o no para aplicarle la idea. En estos ejercicios no se trata de juzgar. Cualquier cosa es adecuada si la ves. Tal vez algunas de las cosas que veas tengan una carga emocional para ti. Trata de dejar a un lado esos sentimientos y sencillamente aplícales la idea tal como se la aplicarías a cualquier otra cosa.
El objetivo de los ejercicios es ayudarte a despejar la mente de todas las asociaciones del pasado, para que puedas ver las cosas exactamente tal como se presentan ante ti ahora y también para que te des cuenta de lo poco que realmente entiendes acerca de ellas. Es esencial, por lo tanto, que tu mente se mantenga perfectamente receptiva y libre de juicios al seleccionar las cosas a las que vas a aplicar la idea del día. A tal efecto, una cosa es como cualquier otra: igualmente adecuada y, por lo tanto, igualmente útil.
Comentario:
Parece que entiendes todo lo que ves, y que todo ya está organizado de acuerdo a un sistema de valores. Eso mismo es lo que se intenta poner sobre la mesa. ¿Quién determina el sistema de valores? ¿Qué sistema es? ¿De dónde surge? El «entendimiento» procede de tal sistema, identificar esta relación es vital.
Pero no es necesario ir más allá en este momento del curso, pues ya con reconocer cabalmente y experimentar la relación existente entre lo uno y lo otro, hay un gran progreso.
En la lección se afirma que entiendes poco acerca de las cosas, y esto requiere paciencia y consideración. ¿Cómo podrías entender algo, si no eres del todo consciente de la procedencia del sistema de valores que estás aplicando? Si no conoces la procedencia de ese sistema e incluso el sistema mismo, ¿cómo puedes decir qué entiendes lo que deriva de él?