«No quiero ver» es la afirmación natural del ego. No quiero ver el dolor, el resentimiento, la tensión, la ira, el miedo. Si no rompo el «confort» de un equilibrio con la limitación o el miedo, no hay transformación.
Honestamente aceptemos que generamos esos equilibrios. Si no los reconocemos, es imposible soltarlos y trascenderlos.
El ego siempre te dirá, «así está bien, aquí estamos bien, no vayas más allá». Porque uno de sus esfuerzos está dedicado a que no reconozcas la limitación en la que él está circunscripto, y por tanto en la que te identificas cuando te percibes como un ego o ser separado.
Allí donde la energía no fluye, hay confort.
Es preciso ser completamente honestos para poder avanzar. La comunicación con el sentir, el pensar y el hacer tiene que ser fluida y cristalina. «No quiero ver, no puedo, no sé», dice el ego para mantener la identidad intacta, la aparente resolución de equilibrio de algún aspecto (que no está resuelto realmente).
Todos buscan la paz, mas no quieren ver qué es lo que los separa de ella. ¿Por qué?
La afirmación de la identidad personal ego, depende exclusivamente de que el conflicto no se resuelva, porque el yo personal nace como la «resolución de equilibrio» de un conflicto, aunque es manifiestamente limitada como tal.
La profunda liberación que nace de soltar el miedo, es tan sublime, que no dudas de que lo has hecho, es decir, de que has perdonado. ¿Por qué sucede tan indefectiblemente esto? Porque cuando ves claramente la raíz del miedo o del dolor, la sueltas. Mientras… buscas confundido, dónde se encuentra la espina.
Ahora, disponte a ser completamente honesto, ver el dolor de frente, asumir los pensamientos que piensas y las emociones que sientes, y Perdónate. Nada de ello es más fuerte que el perdón y la liberación que puedes ofrecerte ahora.
Y recuerda, lo único que esos pensamientos representan en el fondo, es tu deseo de ser amado y de amar.
No hagas más rodeos, sencillamente ama, abre el corazón y ama.
También te puede interesar: Confusión de niveles (3) Rechazar el dolor, no ayuda.