Una vez más, si la ayuda es genuina, ahí el ego tiene la oportunidad de hacerse a un lado o continuar cerrándose y aislándose. Mas, en ese momento el ego se encuentra vulnerable porque el castillo que se inventó, al fin y al cabo, no era lo que realmente buscaba. (6) Por ende, puede hacerse a un lado de tal manera que realmente intente unirse a otro en busca de la paz y la felicidad, dejando de ser una «empresa individual», algo que naturalmente está confinado al fracaso.
La unión, la felicidad y la paz, son aspectos de un mismo estado.
La unión no es una tregua momentánea, no tiene que ver con compartir «recursos» para bajar «costos» en un emprendimiento, o cualquier tipo de asociación temporal que beneficie las ganancias individuales; en definitiva, estar con otro para lograr lo que quiero. La unión borra los intereses separados, por ello es unión y no alianza.
Aquí radica la paz y la felicidad que en realidad buscabas: en la Unión. El ego también la busca, pero sólo para si mismo y separado. Ello conlleva al fracaso de tal búsqueda porque no hay felicidad sin unión.