«De hecho, no trates de explicar las ilusiones, porque estarás intentando explicar lo que no es nada, mas, puedes verlas con toda tu atención, reconocerlas, ver sus efectos, su entramado, y llevar todo ello ante la luz del perdón. Vuelvete un testigo, no un juez. El perdón será el que desvanezca el sufrimiento consecuente, no tus explicaciones. Las explicaciones intentan justificar, dar sentido, aliviar intelectualmente. Lo cierto es que no tenemos y no queremos justificar el dolor o el sufrimiento. Allí no está su final. Para que estos sean trascendidos, necesitamos una nueva visión. Y ese movimiento comienza con abandonar la vieja.»
Extracto de Intenta ver como Él ve (2). De las ilusiones a la verdad.