«Sólo las mentes pueden comunicarse. Puesto que el ego no puede destruir el impulso de comunicar porque es también el impulso de crear, sólo puede enseñarte que el cuerpo puede comunicarse así como crear, y, por ende, que no tiene necesidad de la mente. El ego, por consiguiente, trata de enseñarte que el cuerpo puede actuar como la mente y que es, por lo tanto, autosuficiente. Sin embargo, hemos aprendido que ni la enseñanza ni el aprendizaje tienen lugar en el nivel del comportamiento, toda vez que puedes actuar de acuerdo con lo que no crees.»
Ucdm. Cap. 7, s. V