Quebrando el patrón (3) Soltar las creencias

En el mundo del ego, parece que nadie está dispuesto a soltar sus creencias, las cuales son el fruto de años de indagación y experiencia acumulada. Por mucho tiempo hemos cultivado nuestra forma de pensar, de hacer, el “buen criterio”, “lo razonable”. Por ello el cambio que es en sí, una modificación del patrón, es tan dificultoso. El aprendizaje implica romper el patrón, abandonar creencias, abrir la puerta a lo inesperado…  

Existe una idea muy común y peligrosa, que continuamente se presenta solapada y casi inconscientemente: “yo soy así”. No hay nada más falso. Aunque parece ser un grito de libertad y auto afirmación, es una condena. Tú eres como Dios te creó, no como tu ego te dicta. Puede parecer una imposición, “solo puedo ser como Dios me creó”, pero solo es así desde un punto de vista separado (ególatra); entre Dios y tú, no hay distancia. El problema de la humanidad es querer ser lo que no es. Y el Ego es la respuesta a ese deseo.

Soy responsable, sigue siendo una afirmación de liberación. Nadie puede ser libre si no elige. La idea de “yo soy así”, es usada para esconder limitaciones, evitando así confrontar carencias y por ende, no modificar, cambiar y perdonar. “Yo soy así” es igual a “es la familia que me tocó”, “así es la vida”, “yo no puedo hacer nada” y otras tantas afirmaciones que colocan al soñador como soñado. “Alguien más está soñando mi sueño y no puedo hacer nada.” Ese alguien más es el Ego.

Hay información arquetípica, ideas de antaño como el sacrificio, el sufrimiento, que siguen siendo ideas muy poderosas. Son como un programa que se pone en marcha, pero alguien lo tiene que activar. Lo activamos cuando lo pensamos y le damos valor, capacidad de producir efectos, y por ende “realidad”. Como Jesús enseña en Un Curso de Milagros, nunca estás solo, o le pides asesoramiento a tu Ego o al Espíritu Santo.

Siempre lidiamos con los efectos de nuestras creencias, no olvidemos este punto central. Todo ese río subterráneo, ese reservorio de memorias, necesita ser perdonado. Traerlo al presente, a conciencia, no para activarlo como si realmente estuviera ahí, sino para efectuar la alquimia del perdón. El pasado es pasado, y no es presente y tampoco tiene nada que ver con el presente. No hay conexión entre ellos, a no ser que nosotros la establezcamos. Si la establecemos, habrá una: la misma que nosotros hayamos fabricado.

Soltar el pasado, es soltar las creencias, ya que las mismas están cimentadas en éste. Dejar de lado por un instante mis experiencias y mis creencias, generan el vacío necesario para que algo nuevo suceda. La continua referencia al pasado, es el uso ininterrumpido del Ego y su sistema de pensamiento. Abandonarlo implica hacer un espacio para que la voz del Espíritu Santo, nos ofrezca una nueva alternativa, la cual, está exenta de pasado y por tanto es totalmente novedosa. El resultado de su guía es la sanación, la transformación del patrón.

Quebrando el patrón (4) El perdón es el puente

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